jueves, 19 de febrero de 2015

El Nombre del Viento

"La posada Roca de Guía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera a la muerte".


Así termina el prólogo de este maravilloso libro.


"El nombre del viento" es el primer libro de la trilogía "Crónica del asesino de reyes", escrita por Patrick Rothfuss. Este libro ha llegado a ser un best seller en España y la verdad, no me sorprende.

Llevaba mucho tiempo queriendo leerme este libro, quizás años. Mi mejor amiga estaba obsesionada con él, y me daba mucho la vara para que lo leyera. Adoro leer, pero cuando leo algo que me gusta, no puedo dejar de pensar todo el día en ello, imaginándome los mundos que describe, ya que me gusta la literatura fantástica. Por eso me gusta leer durante las vacaciones, porque si me engancho, puedo permitirme el lujo de pasar días enclaustrada en la habitación leyendo. El caso es que este libro lo empecé tras terminar los exámenes del primer cuatrimestre, y como predije, me enganchó. Leía en el bus, en el cercanías, entre hora y hora de clase, al llegar a casa hasta altas horas de la noche... Y es que no es para menos.

El libro cuenta la historia de Kvothe, un joven que tiene una posada. Un día llega a ella un cronista que le reconoce por ser el legendario Kvothe, y decide escribir la crónica de su vida. Tres días. Ni uno más ni uno menos. ese será el tiempo que tendrá el cronista para redactar todas las historias que Kvothe le cuente sobre su vida.

"He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que la mayoría todavía no los dejaba entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Quizá hayas oído hablar de mí". 

El libro esta redactado de dos formas distintas: la parte que relata el presente, el momento en el que Kvothe cuenta su historia, está en tercera persona, mientras que todo el relato está en primera. Esto ayuda a la historia debido a que no entendemos nada del presente, de lo que le ha sucedido, y al no estar el narrador en primera persona, no sabemos lo que pasa por la cabeza de Kvothe.
El libro es fácil de leer, pero no es simple. Está escrito de manera fluida, como si el relato fuera solo, de forma casi poética. La belleza que esconde sus páginas son una verdadera obra de arte. En especial el cómo describe al personaje de Denna, el amor del protagonista.

"Cuando hablábamos es como si realizáramos una de esas complicadas danzas cortesanas en las que las parejas se sitúan a escasos centímetros uno de otro, pero (si son buenos bailarines) no llegan a tocarse. Así llevábamos la conversación. Pero no solo nos faltaba el tacto para guiarnos: también parecíamos sordos. De modo que danzábamos con mucho cuidado, sin saber exactamente qué música escuchaba el otro, sin saber siquiera si el otro estaba bailando."

"Una tarde cuando era niño, me pasé una hora persiguiendo el arcoiris. Me perdí en el bosque. Mis padres estaban desesperados. Yo estaba convencido de que podía atraparlo. Creía ver el sitio en donde tocaba el suelo. Contigo me pasa lo mismo."

Podría escribir cientos de frases aquí, algunas hermosas, otras increíblemente sabias y ciertas, pero no puedo, además os quitaría un pedacito de esta preciosidad y no me parece justo. Os recomiendo descubrirlo por vosotros mismos. Leeros este libro, perderos en sus páginas y disfrutar cada frase y cada palabra. Reíros y llorar con las historias que cuenta y poneros en el lugar de sus geniales personajes.



"Viajé, amé, perdí, confié y me traicionaron"



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